Muchas veces en nuestra vida caemos en el error de buscar a Dios solo por una conveniencia personal o la necesidad por tiempos difíciles pero cuando todo va bien o los favores son concedidos no nos acordamos de El.
Este tiempo de cuaresma resulta una buena oportunidad para preguntarnos ¿Qué es lo que busco de Dios?
¿Lo busco a El?
¿Quiero lo que Cristo quiere para mi o mas bien quiero de El lo que yo quiero para mi?
¿Será posible que Dios confíe en mi?
Aún cuando me quiera mas a mi que a El, la respuesta a la última pregunta, es si! con toda seguridad.
El sigue confiando en nosotros y sigue fiando sus bienes y dones a nosotros, principalmente la Eucaristía.
«…el discípulo de Jesús no va a la Iglesia sólo para cumplir un precepto, para sentirse bien con un Dios que luego no tiene que «molestar» demasiado.
«Pero yo , Señor, voy todos los domingos, cumplo…, tú no te metas en mi vida, no me molestes».
Esta es la actitud de muchos de nosotros católicos.
El discípulo de Jesús va a la iglesia para encontrarse con el Señor y encontrar en su gracia, operante en los sacramentos, la fuerza para pensar y obrar según el Evangelio»
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de Marzo de 2015).
Entonces ¿qué me motiva? un amor interesado o el deseo sincero de estar con El.
San Ignancio de Loyola invitaba a pedir la «recta intención » porque «La rectitud de intención es la madre de la mirada limpia, de la palabra sencilla, de la mano abierta y la sonrisa honesta, de la desnudez y pureza, de la búsqueda y comunión con lo mejor de todos los hombres».
Agregaba que si la pedimos es porque también es un don, es el hecho de abrir nuestro corazón a la GRACIA de Dios.
Bendito tiempo cuaresmal que nos permite revisar el corazón para descubrir en el la verdadera intención de nuestro amor.
El amor es el corazón, el sentimiento es su manifestacion pero la manifestación de amor mas clara es la vida misma, es su autenticidad.
Ser auténticos en el amor es el llamado de la cuaresma.
«Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi»
Salmos 51:10
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